Érase una tarde de verano
en un bosque repleto de alegría.
El sol lanzaba sus rayos abrasantes
mientras todos los árboles dormían.
El Haya está nerviosa y preocupada;
oye pasos que se acercan y está inquieta.
Sospecha que se trata de un humano
y con prisas llama al Roble y le despierta.
El Roble, algo asustado, abre los ojos
y no puede creer lo que se encuentra.
Con angustia mira al Haya y desolados,
los dos lloran y se miran con tristeza.
Después contemplan las sombras reflejadas
en el suelo, las tristes siluetas
de unos hombres cuyas manos sosteniendo
su enemigo más temido: motosierras.
Y habla el Haya a su amigo con voz pobre:
"Somos dos y son dos las motosierras.
Despidámonos de todo, querido Roble.
Los hombres se disponen a empezar
y el Haya con rabia se lamenta:
"¡Acabarán con todos!" Y el Roble le recuerda:
"Sí, pero antes, mucho antes,
desaparecerá la vida en el planeta".
18 de Agosto de 1.997 (12 años)
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