Acerca de mi...


Alguien dijo una vez que si te levantas por las mañanas con ganas de escribir; si sueñas con escribir; si necesitas escribir para sentirte realmente realizado y feliz… entonces, muy probablemente, se puede afirmar que eres escritor.

A mí, desde que era una niña, me ocurren todas estas cosas así que al final he acabado pensando que va a ser verdad eso de que tengo algo de “escritora”… al menos, suena genial!

Y como por circunstancias de la vida, he tenido la desgracia (o la suerte, según como se mire) de no dedicarme a esto profesionalmente, he decidido crear este blog como un pequeño almacén y/o escaparate de algunos de mis escritos y de otras creaciones ajenas que creo que merecen la pena.

Espero que os guste y que lo disfrutéis!

martes, 2 de septiembre de 2014

El indomable Will Hunting

-       Quedé con una chica.
-       ¿Cómo te fue?
-       Estuvo bien.
-       ¿Volverás a verla?
-       No lo sé. ¿Por qué? No la he llamado.
-       Eres un aficionado.
-       Sé lo que estoy haciendo.
-       ¿Sí?
-       Sí, no se preocupe. Está controlado. Si pero esa chica es, ya sabe, bonita, lista, divertida… Distinta de las otras que he conocido.
-       Pues llámala, Romeo.
-       ¿Para qué? ¿Para que me de cuenta de que no es tan lista, de que es tope aburrida…? No sé … esa chica ahora es perfecta y no quiero estropearlo.
-       Quizá lo que te preocupa es que tú dejes de ser perfecto. Te has montado una filosofía perfecta. De ese modo, podrás pasar toda tu vida sin conocer a nadie de verdad.
Mi mujer se tiraba pedos cuando estaba nerviosa; tenía esos pequeños detalles que la hacían maravillosa: se tiraba pedos mientras dormía. No debería haberte contado nuestro secreto… Una vez soltó uno tan fuerte que despertó al perro. Ella se despertó y dijo: “¿Has sido tú?” Y le dije: “Sí”.
-       ¡Se despertó del ruido! Jajajajaja.
-       Lleva muerta dos años y solo recuerdo estas chorradas; son maravillosas. ¿Sabes? estos pequeños detalles son una de las cosas que encuentro a faltar. Las pequeñas idiosincrasias, como yo las llamaba, la convertían en mi mujer y ella sabía muchas cosas sobre mí; conocía todos mis pecadillos…  La gente llama a estas cosas defectos pero no lo son, son lo mejor.
Nosotros escogemos a quién dejamos entrar en nuestro mundo.
No eres perfecto amigo y voy a ahorrarte el suspense: la chica que conociste tampoco es perfecta. Lo único que importa es si sois perfectos como pareja. Ésa es la clave; la intimidad se basa en eso.
[…]
Si te pregunto por las mujeres, supongo que me darás una lista de tus favoritas. Puede que hayas echado unos cuantos polvos... pero no puedes decirme qué se siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad.
[…]
Si te pregunto por el amor, me citarás un soneto, pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios ha puesto un ángel en la tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel, al darle tu amor, darlo para siempre y pasar por todo...

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