“DONDE TUS
SUEÑOS TE LLEVEN”
Javier
Iriondo
“A veces, mientras permanecemos sumergidos en
la rutina, envueltos en una falsa seguridad, no tenemos tiempo para reflexionar
sobre nuestro destino, sobre el sentido de nuestras vidas. Seguimos corriendo
de un lado para otro, cumpliendo con las obligaciones diarias, viviendo o tal
vez sobreviviendo en la conformidad y la inercia. En todos estos casos a
los que me refiero existe un hecho, una situación o unas circunstancias que
llevan a esas personas a un punto de inflexión. Puede ser un momento de hastío, de no aguantar más,
[…] pero en todos ellos se llega a un momento clave, que hace que tomemos una
decisión y asumamos el compromiso de hacer lo que sea necesario para comenzar
un nuevo camino y averiguar realmente de qué estamos hechos.
[…] Esas decisiones vienen dadas
por dos motivos, para huir del dolor o por una gran visión de lo que podemos
llegar a lograr. […] Por más que dudemos de nosotros mismos, todos tenemos la
capacidad de crecer y cambiar para alcanzar nuevos niveles de conciencia y
conocimiento que nos abran las puertas a una nueva comprensión, si bien para
ello hay que atreverse a intentarlo.
Tú tienes que descubrir cuáles son tus
barreras, cuáles son tus miedos […] Debes rebelarte y enfrentarte a esas
limitaciones que tienes en tu mente, a esos lastres que pueden llegar a través
de la educación, del entorno y de la familia, y que te han hecho creer que no
puedes aspirar a otras cosas. A algo mejor […]. Si quieres tomar el control de
tu vida, tienes que liberarte de esos falsos límites para volar más alto.
[…] La verdadera cuestión es si estás lo
suficientemente harto de estar harto para tomar la decisión y pagar el precio
que requiere ese cambio, para saber si realmente has llegado al límite y es tu
momento para cambiar o es tan sólo un débil deseo.
Si tu respuesta es no, es que aún estás cómodo
en la incomodidad, que tu situación aún es soportable o que la aceptas, que te
conformas o te resignas a que las cosas sigan así. Es decir, todavía no estás
preparado para un cambio real. Sin embargo, todo ser humano tiene un momento en
la vida en el que se pregunta si hay algo más. Un momento en que quiere creer
que tiene que haber algo más que levantarse, ir a trabajar, volver a casa, ver
la televisión y divertirse el fin de semana, y repetir el mismo ciclo durante
años. […] Todos queremos sentirnos más
completos, encontrar un verdadero sentido y un propósito, sentir la plenitud.
Recuerdo una vieja historia de un amigo que
fue a visitar a un cliente. Nada más entrar por la puerta de la empresa se topó
con un perro que estaba tumbado en el suelo. No paraba de hacer extraños
gemidos. Parecía que estaba enfermo, como si estuviese protestando por algo, y
se revolvía y aullaba. Pero no se movía del sitio. Al encontrarse con el
cliente, mi amigo le preguntó qué le pasaba al perro. Éste le respondió que
nada, que simplemente se había tumbado encima de un clavo. “Entonces, ¿por qué
no se mueve?”, se extrañó mi amigo. “Porque parece que todavía no le duele
bastante”, fue la respuesta.
¿Cuántas veces estamos tumbados encima de ese
clavo y nos pasamos el día quejándonos? Y, sin embargo, no somos capaces de
tomar una decisión y levantarnos. ¿Tienes motivos para levantarte, para tomar
la decisión de realmente dar un gran cambio, o aún estás cómo en la
incomodidad?
[…] Son las acciones y las decisiones que
tomamos en los momentos críticos las que marcan el curso de nuestro destino […]
El mundo se mueve por emociones, no
por lógica. […] Ten siempre presente que son las emociones las que hacen que
tomemos decisiones, y éstas nos llevan a emprender las acciones que cambiarán
el curso de nuestra historia. […] Aunque
te equivoques, tienes que seguir tomando decisiones, porque es la única manera
de controlar tu destino, es el único modo de avanzar.
[…] La decisión es lo primero. Luego, lo que
tenemos que aprender lo aprendemos haciendo, ya que el verdadero poder personal está en la capacidad de pasar a la acción."
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