Bombones y Valores
En una mítica película decían:
"La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.
En una mítica película decían:
"La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.
Y es cierto que a lo largo de nuestro caminar nos vamos encontrando con muchos tipos de personas, pero nosotros tenemos la maravillosa opción de elegir la gente con la que simplemente nos cruzamos y aquellos que decidimos que, de una forma más o menos intensa, se queden con nosotros y nos acompañen en nuestro viaje.
Siempre me ha resultado muy curiosa la forma en la que se van tejiendo las relaciones de amistad entre las personas. Cómo te vas encontrando e intimas con aquella gente que se parece más a ti, con la que compartes gustos y/o aficiones y, sobre todo, te vas rodeando de aquellas personas que tienen tus mismos valores. Los valores: qué palabra tan bonita y qué importante me parece que cada uno conozca bien los suyos y actúe en consecuencia con ellos para sentirse realizado, satisfecho y feliz.
Los valores son algo que nos diferencia, son un fiel reflejo de nuestra personalidad y la guía principal que orienta la mayoría de nuestras acciones y decisiones. Por eso, considero fundamental relacionarse con gente que tenga los mismos valores que tú (o bastante parecidos…).
Hay muchos valores y, como en la caja de bombones, ocurre que no hay ninguno mejor o peor que otro, simplemente son distintos y cada uno elige los que más le gustan o menos le desagradan.
En el mundo somos mucha gente y hay muchos tipos de personas. En mi opinión, lo ideal es intentar relacionarte con gente que te permita crecer y que te haga sentir cosas positivas. Debes descubrir qué momentos te llenan más, qué es aquello que te aporta mayor felicidad y, según esto, pasar el máximo tiempo posible con aquellas personas que contribuyan a ir llenando tu vida de instantes y experiencias agradables.
El emplear un recurso tan valioso y escaso como el tiempo con gente que no piensa como tú en los aspectos más importantes; que no sueña lo que tú y que, en general, no ve el mundo como tú lo ves, solo puede provocar que nazca en ti un sentimiento de frustración y desánimo que poco a poco te va consumiendo la energía e incluso la alegría.
Yo me quedo con los de chocolate con leche, con mi familia y con mis amig@s: buena gente que despierta en mí verdadera admiración; que hacen que me sienta orgullosa y afortunada por tenerlos a mi lado y poder disfrutar de todo lo bueno que cada uno me aporta y que me inspiran, a la vez que me ayudan, para convertirme en una persona un poquito mejor cada día.
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