Bonito

Desde que era una niña he soñado con el amor, aunque siempre he tenido bastante claro que lo más importante es valorarse de forma individual y ser autosuficientes. La vida en pareja es preciosa y merece la pena sí y solo sí suma mucho más de lo que cuesta, si proporciona más alegrías que disgustos y genera más certezas que dudas. Cuando me preguntaban, tenía muy claro lo que no quería y me costaba un poco más concretar qué era lo que buscaba. Intentaba convencer a todos, y a mí la primera, de que sola vivía muy bien pero, en el fondo, deseaba con toda mi alma encontrar una persona que quisiera realizar el viaje de la vida a mi lado, que me cuidara y me hiciera la vida más bonita…

Y justo, cuando empezaba a tener las dudas más serias sobre que pudiera encontrar a ese alguien que encajara en el puzzle de mis gustos y mis rutinas, apareciste TÚ para convertirte en la pieza central de mis ilusiones y mi felicidad.

Me había imaginado que sería bonito sentir que para alguien eres especial, una primerísima prioridad, pero la sensación de querer sin reservas ni peros y ser correspondida de la misma forma, ha superado todas mis expectativas.

Hoy siento que estoy exactamente con quien siempre he querido estar y me siento en un estado que nunca había imaginado que alcanzaría: tranquilamente feliz y felizmente tranquila. Y esto, que parece tan fácil, es complicadamente bonito. A tu lado la vida es mucho más agradable y se lleva mejor. Es indescriptible la paz interior que siento al tener la seguridad de que vivo con alguien que me quiere de verdad, con el que puedo contar para todo y sin condiciones, que se preocupa y al que le importa lo mío tanto o incluso más que lo propio.

Me asombra que seas siempre tan generoso a la hora de escoger y prefieras lo que yo prefiero, porque tu elección favorita es mi sonrisa.  Fue muy bonita la apuesta que hiciste por lo nuestro desde el segundo uno, sin dudas y sin “poco a poco”. Me impresionó tu seguridad y tu confianza porque no mostraste ningún reparo en abrirme las puertas de tu familia, y me emociona mucho cómo has conectado y te comportas con las personas que más quiero y más me importan.

Me llenas de atenciones, de mimos y de calma. Contigo me siento cómoda, protegida y contenta. Siento que estar a tu lado enriquece mi vida porque me proporcionas un bonito equilibrio que nunca había tenido y siento que me haces evolucionar como persona. Eres tan bueno y tan increíble que a veces tengo serias dudas sobre si realmente merezco tener a mi lado a alguien como tú. Pero me tranquiliza verte dormir profundamente relajado con una muequita de felicidad, encontrarme con tus ojitos chispeantes de ilusión cuando nuestras miradas se encuentran después de unas horas sin vernos y sentirte caminar orgulloso conmigo de la mano…

El día a día a tu lado es un regalo. Me aportas apoyo, confianza, comprensión y calor. Me enamora que todas las noches me desees dulces sueños y que cada mañana nunca olvides darme un beso cálido, con tus ojitos hinchados. Es muy bonito poder abrazar sin reparos a alguien que quieres, sin ningún tipo de miedo ni vergüenza, todos los días, en cualquier lugar y en cualquier momento... No quiero perder esto nunca, ¿vale?

Es un placer conversar contigo y disfruto cuando te desnudas y no escondes tus emociones delante de mí; compartes conmigo tus pensamientos, me cuentas tus frustraciones y conjugas en plural tus sueños. Me haces sentir muy especial porque sé que me valoras y muestras interés sincero por todo lo mío. Me ilusiona que me hagas partícipe de todas tus decisiones, porque eso me hace sentir que soy muy importante para ti y que estás interesado en compartir un bonito, y espero que muy largo, camino conmigo. Y a mí, me encanta ser tu copiloto y viajaría contigo al fin del mundo, con tal de hacerlo con tu mano sobre mi rodilla.

Los dos nos sentimos bien y tenemos ganas de luchar, de ayudarnos y apoyarnos siempre y salir airosos, pero sobre todo juntos, de lo que sea. Y esto, sin duda, es lo más bonito de todo.

Tu compañía y tu amor incondicional me dan fuerza y valor para no temer casi nada. Aunque, como he leído por ahí, "siento desde el día que te conocí, que tengo mucho que perder y eso, eso es algo temiblemente bonito".