El lado bueno
importante de las cosas
¿Cuál es? ¿Cómo se sabe? ¿Dónde se aprende a
reconocerlo?
¿Alguien puede enseñarme cómo se hace para
distinguir de forma precisa lo trascendental de lo insignificante? ¿Qué tengo
que hacer para saber darle importancia solamente a aquello que verdaderamente
la tiene?
Me lo han dicho muchas veces y
gente distinta: que hay veces que me tomo las cosas muy “a pecho”, que le doy demasiada importancia a
cosas que son tonterías, que tengo que “pasar” más, que no es para tanto…
Y yo me pregunto, ¿desde cuándo
lo importante es objetivo? Si según como
se mire todo depende, si la vida está llena de grises y si para gustos, los
colores… ¿por qué lo importante tiene que ser igual para todo el mundo?
Me considero una persona muy
observadora y desde siempre me doy cuenta de cosas que otra gente pasa por
alto. Para mí, los pequeños detalles no tienen nada de pequeños. No he decidido
ser así, pero así soy.
Y lo analizo todo. Estoy
continuamente pensando, ideando, imaginando…
Mi mente descansa poco y no es que esté orgullosa de ello, pero no tengo
alternativa.
Otra de las cosas que me ocurre y
que no puedo cambiar es que no sé aplicar el verbo “disimular”. A veces me
gustaría ser menos transparente pero esto tampoco lo puedo controlar:
Lo
que me hace feliz, me hace muy feliz y lo que me cabrea, me cabrea muchísimo.
Y se me nota. Y mucho.
¿Y qué pasa? ¿Está mal ser así? ¿Por
qué? ¿Sería mejor persona si todo me afectase menos? No sé contestar a eso,
pero lo que sí sé, es que si las cosas me afectasen menos de lo que me afectan,
no sería yo.
No me gustan las medias tintas ni
las alfombras. No puedo evitar crisparme ante actitudes de gente que se pasa de
lista o ante cosas que considero injustas. Sí, lo reconozco: a veces puedo ser muy
radical, excesivamente susceptible o con una sensibilidad sobredimensionada.
Es un tema al que le he dado
muchas vueltas porque, al final, las personas que somos así sufrimos más que la
mayoría. Pero no me gusta que me digan que no debo ser así, porque mi opinión es que a veces las cosas van como van porque la gente no le da la
suficiente importancia a cosas que sí la tienen.
Para mí, el lado importante de
las cosas tiene mucho que ver con la
palabra, la verdad, el respeto, la educación, la confianza, el tacto, la
amabilidad, la empatía, la honestidad, la lealtad, la justicia,… Cuando en
alguna acción hay falta de alguna de estas cosas, para mí, es importante y aquéllas
actitudes que lleven asociada carencia de alguna de estas cosas, me afectan.
Y mucho. Y se me nota.
Puedo aceptar que la importancia
que a veces le doy a las cosas puede resultar excesiva,
pero tengo muy claro que no voy a cambiar mi punto de vista respecto a lo que considero el lado más importante de todas las cosas.
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